leyenda recogida en la cordillera de Juli, del campesino
Manuel Mallea ganadero de la parcialidad de Picho- Pallka
Un zorro hambriento
que andaba buscando dónde robar algo, vio a un cóndor que también está en los
mismos apuros. El zorro le dijo al cóndor: -¿De dónde vienes, “Pachajilata”,
hermano del espacio?...El cóndor.- Vengo de las altas cumbres del “Huenkasi”,
cumbre que eternamente está cubiertFaba de helada nieve, he bajado a buscar
alimentos para resistir mejor el rigor del frio de las nevadas.El zorro, se rió
a carcajadas y le respondió burlonamente: Es raro que todo un Señor cóndor,
llamado el Rey de las alturas no pueda resistir el frío. Yo, con ser un
habitante de la llanura, me siento más fuerte que tú para soportar ese frio que
tanto miedo te infunde, y para demostrarte con hechos, te desafío a permanecer
durante una noche en la cumbre más elevada del “Huenkasi”.El cóndor acepto el
reto y ambos ascendieron el cerro. El cóndor se posesionó en la punta más
elevada, tendió una de sus alas a manera de colchón y se acurrucó cómodamente.
El zorro, por su parte igualmente tendió su traposa cola y se sentó frente al
cóndor. Así comenzó la desigual apuesta.No tardó en desencadenarse una terrible
tempestad que son muy frecuentes en esas regiones.El zorro, de primera
intención, invocó a los “Achachilas” para que calmen sus iras, y desde el
comienzo alegó que la apuesta no era con
la tempestad, ni con los rayos, sino contra el frio únicamente.Fuerte nevada,
el cóndor sacude a menudo las alas para eliminar la nevada, de lo que protesta
por segunda vez el zorro.-La apuesta, amigo mío, no está en sacudirse la
nevada, sino en aguantarla, gritó el zorro, porque él estaba casi totalmente
cubierto de nieve y sólo le aparecía la cabeza.A la media noche, el cóndor
preguntó: - “Kamaketu (zorrito)…-
Condority- contestó el zorro. El segundo en
preguntar fue el zorro. –“Tata condority, ¿janiti ttayjtma?... (Señor cóndor,
¿no tienes frio?)…El rey de los aires
contestó:-No tengo frío, más bien estoy un poco fatigado por el calor.Así
transcurrieron las horas, el pobre zorro no podía soportar por más tiempo aquel
mortífero frío, ya se sentía
desfallecer, precisamente cuando el día empezaba a clarear. El zorrito
había sucumbido victima de su vanidad.El cóndor después de dormir un momento,
preguntó por última vez: “Tiwulita” (zorrito) ¿sientes todavía frio?... El
zorro ya no contesto, había pagado con su vida la desigual apuesta. Al poco
rato el cóndor tenía un excelente desayuno con el cuerpo del zorro.Fábula de
fondo moral, la vanidad del “kamake” había sido duramente castigada por el
cóndor. La moraleja que los campesinos deducen es la siguiente: “Jani
jilamunañanimpimitisimti”, no te metas con los poderosos que siempre saldrás
perdiendo”.
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