Para una fiesta de “Casarasiri” (matrimonio) una familia
había con
tratado una banda de músicos. Esta tenía un contrato para todo el día,
pero cuando llegó la noche, los músicos ya estaban borrachos, es que había
tomado mucha cerveza, pero como estaban borrachos ya no les importaba nada. El
dueño de la fiesta les daba más cerveza para que toquen. Ya era cerca a las
12:00 de la noche que decidieron irse. Se fueron tocando por la pampa, tomando
y tocando. Así, tan borrachos en la noche se les apareció un hombre, para ellos
era como si fuera de día, ese hombre les dijo: les voy a pagar todo lo que
quieren señores músicos. Bueno, hicieron otro contrato. Entonces les hizo
caminar por una ciudad, los músicos asombrados. Pero antes de entrar por la
puerta uno de los músicos se quedó a orinar, cuando todos entraban, él se ha
desesperado porque no acababa de orinar y de pronto se cerró la puerta, el
músico empezó a tocar la puerta, pero nadie le habría, tanto fue que tocó se
cansó, entonces furioso se decidió seguir caminando, mientras tanto se
escuchaba la banda. Así él músico llegó a su casa en la madrugada, más tarde
las esposas de los demás músicos preguntaban dónde están sus compañeros, él un
poco mareado le dijo: se fueron a tocar a otro sitio, cuando estuvimos viniendo
se hizo la contrata. Al saber la noticia todos los familiares decidieron ir al
sitio , él los llevó, es aquí dijo, los familiares solo vieron un cerro y se
escuchaba la banda de músicos, entre ellos se miraron. El músico dijo: esta
parte del cerro era una puerta dorada y ahora no hay nada, sólo estás rocas
nomás.
Así, que durante una semana seguía tocando de día y noche,
esto ha desminuido cada día poco a poco. Por este motivo se dice que cuando
contratamos una banda de músicos se deben irse antes de media noche a su
comunidad, porque les puede coger el encanto.
El Kharisiri es un personaje mítico oriundo de la región
andina Aymara, específicamente desde Puno hasta la zona norte de Potosí . Se le
conoce con los nombres de “Karisiri”, “Kharisiri” ó “Liqichiri”, cuya
traducción del quechua al castellano nos daría ”el chupador de grasa”. En otras
zonas se le denomina Phistaco, Ñaqaq, ó Khari Khari.
Los indígenas de esa zona lo describen de la siguiente
manera: es un ser antropomórfico de pelo amarillo, gigante, cruel y
exclusivamente nocturno. Al encontrarse con él, cualquier persona empieza a
sentirse como hipnotizada y mareada, lo que el espanto aprovecha y extirpa toda
la grasa del ser humano dejándolo en un estado de agonía total.
Se afirma que antes de la conquista española, el Kharisiri
era un ser maléfico invisible, causante por lo general de las enfermedades
consuntivas, aprovechando del sueño de sus víctimas, a las que con un pequeño
corte, como queda dicho, les extraía la grasa. Después de la conquista,
impresionados los andinos con ver degollar a los ajusticiados, y reducir el
cadáver a cuartos, creían que el verdugo era un ser extraordinario, un malvado,
representación del Kharisiri, que terminaba su sangrienta faena, andaba en las
noches vestido con el hábito despojado al difunto y aún lleno de tierra y
sangre, cubierta la cabeza de un capuchón, que sólo dejaba al descubierto su
rostro pálido como la muerte y sombrío como la noche.
El Kharisiri llevaba en la mano una campanilla, cuyo lúgubre
sonido se escuchaba de rato en rato. Decían de él que se alimentaba de carne
humana, prefiriendo devorar la de los niños que encontraba a su paso. Poco a
poco y a medida que las ejecuciones en esa forma disminuyeron, la imaginación
de los andinos fue confundiendo al verdugo con el fraile que acompañaba al
condenado a la pena de muerte, hasta que el primero desapareció de su memoria y
sólo el último quedó con el mote de Kharisiri.
Con el transcurrir de los años, probablemente la
circunstancia de ver trajinar con alguna frecuencia a los frailes sólos y por
caminos silenciosos y desiertos, haya dado también lugar a la formación de esta
leyenda con todos sus lúgubres contornos. Cuando el andino no ha visto ni se ha
encontrado con este personaje de lúgubre fama y siente, sin embargo, dolor al
vientre y se presenta en la parte exterior la terrible mancha roja, se cree que
el vampiro se hizo invisible para mejor y más cómodamente extraerle la grasa, y
el infeliz dominado por tal idea desconfía de los remedios, para luego
encontrar la muerte.
En la época de la colonia, el fraile simbolizó para el
andino, el autor de la carestía y hambre en el sector rural, porque se supone
que en las grandes alforjas se lleva consigo, con el poder de la nigromancia
que profesa, y recoge cuantos víveres encuentra, dejando al pobre andino que
por falta de ellos, muera por inanición con la barriga pegada al espinazo. En
todas las minas de la región andina se consideró de mal agüero la presencia de
un fraile; cuando uno o más de éstos se presentaban en el lugar, los mineros se
turbaban, les invadía la pesadumbre, e inquietos y tristes, esperaban que de un
momento a otro les sobreviniera alguna desgracia personal o algún accidente en
la mina; temían que se perdiera la veta del metal que explotaban o se
derrumbara y matase obreros o murieran de manera violenta uno o más de ellos.
En la década de 1930 en las minas que se explotaban en la
región andina del departamento de Puno, los mineros se oponían a que se llevara
a cabo un acto religioso, alegando que la presencia de un sacerdote les traía
la mala suerte; porque los genios subterráneos, habitantes de las profundidades
de los cerros, dueños y señores de las vetas, las ocultarían indignados por la
profanación de que eran objeto, para que jamás las encontrasen y a ellos les
castigaría dándoles enfermedades.
Cierta o no, la leyenda del Kharisiri sigue vigente en esa
zona. Es tal el miedo a este ser que los campesinos, en algunas comunidades
altoandinas, no admiten en sus comunidades el ingreso de personas con la
cabellera rubia.
El mito cuenta que Cuniraya Huiracocha existió desde tiempos
muy antiguos y que los demás dioses como Pariacaca lo estimaban más que a
cualquiera, y posiblemente que fuera su padre, poco antes de la aparición de
los españoles. Cuniraya se dirigió al Cusco y habló con el Inga Huayna Cápac
diciéndole: «vamos, hijo, a Titícaca», le dijo, (”allí voy a iniciarte en mi
culto”) (TAYLOR, 1999: 197); le indicó al inca que enviara a sus sabios o
brujos a las tierras de abajo, es decir, a la costa, al santuario del padre de
Cuniraya (¿Pachacamac?) para que le pidieran
una de sus hermanas y volvieran en cinco días. Una vez en el lugar, el
padre de Cuniraya le entregó en una taquilla para que el mismo inca lo abriera,
pero fue más la curiosidad del chamán que animado por la golondrina que la
abrió: “En el interior apareció una señora muy elegante y muy hermosa/ Su
cabello era como oro crespo; estaba vestida con ropa finísima y su tamaño era
minúsculo. / En el instante mismo que la vio, la señora desapareció”. (TAYLOR,
1999: 201).
A pesar de no haber cumplido con su misión, el hombre
encargado fue perdonado por Huayna Cápac por haber sido animado por las
golondrinas, entonces nuevamente regresó y cumplió ahora sí con el encargo y
«Cuniraya y el Inga lo recibieron con gran regocijo». Antes de abrir el
encargo, Cuniraya trazó una línea en el suelo indicando que en un lado se
quedaría Cuniraya; por el otro, entraría
Huayna Cápac y su hermana y en adelante no se volverían a ver nunca más. Y
cuando abrió el cofre el lugar se inundó de luz. Y el inca dijo que se quedaría
en el mismo lugar (¿el Titicaca?) con su coya, e indicó a un hombre de su ayllu
para que se dirigiera al Cusco y que diga que él es Huayna Cápac y luego
desapareció. Y cuando murió Huayna Cápac, «unos y atros, al proclamar la
prioridad
de sus derechos, provocaron el derrumbe de su señorío. / Así estaban
las cosas cuando los huiracochas aparecieron en Cajamarca» (TAYLOR, 1999: 205).
Este mito muestra que Cuniraya estableció un parentesco de
cuñado con Huayna Cápac, por lo que representa una alianza o justificación
mítica de la integración, entre los habitantes de la costa y los habitantes de
la zona altoandina. Asimismo, interpreta la rivalidad de los hijos de Huayna
Cápac, Huáscar y Atahuallpa, y la situación existente a la llegada de los
españoles y la causa de la caída del Tahuantínsuyo.
Tomado de: Los mitos y las tradiciones de Huarochirí durante
el siglo XVII
leyenda recogida en la cordillera de Juli, del campesino
Manuel Mallea ganadero de la parcialidad de Picho- Pallka
Un zorro hambriento
que andaba buscando dónde robar algo, vio a un cóndor que también está en los
mismos apuros. El zorro le dijo al cóndor: -¿De dónde vienes, “Pachajilata”,
hermano del espacio?...El cóndor.- Vengo de las altas cumbres del “Huenkasi”,
cumbre que eternamente está cubiertFaba de helada nieve, he bajado a buscar
alimentos para resistir mejor el rigor del frio de las nevadas.El zorro, se rió
a carcajadas y le respondió burlonamente: Es raro que todo un Señor cóndor,
llamado el Rey de las alturas no pueda resistir el frío. Yo, con ser un
habitante de la llanura, me siento más fuerte que tú para soportar ese frio que
tanto miedo te infunde, y para demostrarte con hechos, te desafío a permanecer
durante una noche en la cumbre más elevada del “Huenkasi”.El cóndor acepto el
reto y ambos ascendieron el cerro. El cóndor se posesionó en la punta más
elevada, tendió una de sus alas a manera de colchón y se acurrucó cómodamente.
El zorro, por su parte igualmente tendió su traposa cola y se sentó frente al
cóndor. Así comenzó la desigual apuesta.No tardó en desencadenarse una terrible
tempestad que son muy frecuentes en esas regiones.El zorro, de primera
intención, invocó a los “Achachilas” para que calmen sus iras, y desde el
comienzo alegó que la apuesta no era con
la tempestad, ni con los rayos, sino contra el frio únicamente.Fuerte nevada,
el cóndor sacude a menudo las alas para eliminar la nevada, de lo que protesta
por segunda vez el zorro.-La apuesta, amigo mío, no está en sacudirse la
nevada, sino en aguantarla, gritó el zorro, porque él estaba casi totalmente
cubierto de nieve y sólo le aparecía la cabeza.A la media noche, el cóndor
preguntó: - “Kamaketu (zorrito)…-
Condority- contestó el zorro. El segundo en
preguntar fue el zorro. –“Tata condority, ¿janiti ttayjtma?... (Señor cóndor,
¿no tienes frio?)…El rey de los aires
contestó:-No tengo frío, más bien estoy un poco fatigado por el calor.Así
transcurrieron las horas, el pobre zorro no podía soportar por más tiempo aquel
mortífero frío, ya se sentía
desfallecer, precisamente cuando el día empezaba a clarear. El zorrito
había sucumbido victima de su vanidad.El cóndor después de dormir un momento,
preguntó por última vez: “Tiwulita” (zorrito) ¿sientes todavía frio?... El
zorro ya no contesto, había pagado con su vida la desigual apuesta. Al poco
rato el cóndor tenía un excelente desayuno con el cuerpo del zorro.Fábula de
fondo moral, la vanidad del “kamake” había sido duramente castigada por el
cóndor. La moraleja que los campesinos deducen es la siguiente: “Jani
jilamunañanimpimitisimti”, no te metas con los poderosos que siempre saldrás
perdiendo”.
El
legendario y mitológico Lago Titicaca es fuente inagotable de maravillosos
relatos. El antiguo poblador aymara nos ha dejado una serie de patrimonio
cultural; una de ellas es el espectacular mito del “Qota Anchancho” (demonio
del lago)
De
las milenarias aguas del Lago Titicaca emergió un gigantesco demonio, que con
su furia arrasaba todo lo que encontraba a su paso. Al furor de las olas, se
tragaba cuanta embarcación se cruzaba en su trayecto, y tras sembrar
desgracias, desaparecía velozmente en las altas cumbres heladas de la
cordilleras Orientales y / u occidentales de los Andes.
Tan
pronto advertían la presencia del maligno ser, los habitantes – en estado
troglodita – en un marco de desesperación y terror huían para refugiarse donde podían.
La
ira del demonio era incontenible, así como la llegada de enfermedades era la
secuela de daños ocasionados por el monstruo. Tanto miedo y pavoroso respeto
había infundido el maléfico ser lacustre, que los aborígenes, llegaron a
considerarlo al espíritu endemoniado de las aguas, por lo que lo deificaron y
le erigieron totems, para rendirle culto.
Los
más supersticiosos creían que era la encarnación de Satán que descargaba su
ira, sembrando daños y desgracias a la humanidad y todo los seres.
Ritos
Diabólicos ó idólatras nacieron en diferentes lugares. Para que la furia
salvaje atenuara y no continúe con sus desmanes le ofrecieron ofrendas y
sacrificios de algunos animales, como pago.
La
leyenda continua. El demonio no solo hacía e infundía el desastre y terror
sino, que también en épocas de lluvias era portadora de bondades benéficas.
Emergía del lago hacia la atmósfera portando grandes masas de agua que
prodigaba a las nubes para que posteriormente caiga copiosas lluvias regando la
región.
Se dice que antes la gente aymara conversaba con las estrellas . De allí que relatan, que en tiempos pasados, en las cercanías del lago titicaca las chacras empezaban a tener los primeros productos.. Por las noches alguien arrancaba las matas de las papas, pero había un joven que cuidaba las chacras un día decidido a atrapar al ladrón , así en la noche aparecieron varias jóvenes campesinas pero las jóvenes huyeron al ver al joven, menos una que había caído el joven fue a ella extraordinariamente, la joven se convirtió en una ave y voló a las estrellas .
El joven subió montañas para pedirle al cóndor que lo llevara a las estrellas , y así, fue los jóvenes se encontraron la muchacha alimento al joven con quinua .Pasado un tiempo el joven extrañaba su hogar .El joven regreso pero con quinua que la hermosa joven le había dado para que compartiera con su pueblo.
Inti, el
dios Sol, viendo el
estado penoso de los hombres, envió a una pareja: Manco Cápac y Mama Ocllo. Les colocó un
cetro de oro, y les ordenó
construir un gran imperio. Ellos enseñarían a los hombres las
reglas de la vida civilizada y a venerar su dios creador, el Sol. Pero antes,
Ayar Manco y Mama Ocllo debían fundar una capital. Inti les confía un bastón de
oro diciéndoles esto:Desde el gran lago,
adonde llegarán, marchen hacia el norte.
Cada vez que se detengan para comer
o dormir, planten este bastón de oro en
el suelo. Allí donde se hunda sin el
menor esfuerzo, ustedes construirán Cuzco
y dirigirán el Imperio del sol.La mañana
siguiente, Ayar Manco y Mama Ocllo aparecieron entre las aguas del lago Titicaca. La riqueza de sus vestimentas
y el
brillo de sus joyas hicieron pronto comprender a los hombres que ellos
eran dioses. Temerosos, los hombres los siguieron a escondidas.Ayar Manco y
Mama Ocllo se pusieron en marcha hacia el norte. Los días pasaron sin que el
bastón de oro se hundiera en el suelo. Una
mañana, al llegar a un
bello valle en el
cerro Huanacauri, el bastón de oro se
hundió dulcemente en el suelo.
Manco Cápac y Mama Ocllo se establecieron allí. Era ahí que había que construir Cuzco,
el "ombligo" del mundo, la capital del Imperio del Sol. Ambos ayudaron a mejorar el lugar; Manco
Cápac enseño a los hombres a trabajar la tierra y a construir canales. A las
mujeres, Mama Ocllo les enseñó a coser, cocinar y hacer telares."
de la ciudad de Chucuito, cubiertas actualmente por las
aguas del lago Titicaca, existía una floreciente población, en cierta ocasión
llegó una mujer forastera cargando en su espalda una gran tinaja o huakulla de
barro con una tapa bien ajustada, muy penosamente vencida por la fatiga se
alojó en una casa después de muchas suplicas, la gente del pueblo se habían
olvidado las normas de hospitalidad, pero se quedó.
Al siguiente
día muy temprano quiso continuar su viaje, en realidad había pasado una noche
muy mal por falta de una cama y alimentos, la habían alojado en los rincones de
la cocina y no le habían invitado cena.
A causa de
ello no tenía fuerza ni la energía para llevar la tinaja huakulla, suplicó a
los dueños, para dejar su huakulla. Bueno, le permitieron dejar hasta su
regreso, pero la mujer había dicho por favor no lo vayan a destapar y que
tengan mucho cuidado. Aceptaron obsequiosamente los dueños de la casa, con la
promesa de no hacerlo.
A varios las
hormigas les habían picado constantemente en la comunidad y se preguntaban que
tendría la tinaja, porque les había recomendado no quitar la tapa. No podían
soportar tanto tiempo la inquietud y con las esperanzas de hallar algo muy
valioso quitaron la tapa, entonces muy consternados vieron brotar un violento
chorro de agua, el agua salía interminablemente inundando al final toda la
comarca y a los habitantes de los moradores, no tuvieron tiempo para escapar.
Juntamente con el chorro de agua salieron los peces, las gaviotas, flamencos,
patos, chanchos, patillos, zambulledores, q’eñola, qaslachup’uquña y todo las
aves y seres vivientes que en la actualidad viven en las aguas de Titicaca, que
a su vez son el efecto de ambición y la curiosidad de los habitante de ese
pueblo.
Se cuentan
también que en ciertas horas de la noche y en determinados días de la semana se
observa en el fondo de lago una ciudad desaparecida especialmente en aquellos
momentos que se llama, ahora mal momento.